Me alertaba hoy un hostelero sevillano del artificial clima de euforia que vive el turismo sevillano, llevado en volandas por la celebración en Sevilla de la final de la Copa Davis: "No te creas lo que dicen los medios de comunicación ni lo que proclama Zoido —me comentaba—. ¿Dónde están esos 30 millones de euros que la Copa Davis iba a dejar en Sevilla? Yo ni me he enterado. Al contrario, los partidos han quitado a clientes de las calles en horas claves. Ha sido un fin de semana horrible. Se habrán beneficiado cuatro establecimientos puntuales y hoteles seguramente de grandes cadenas internacionales. Pero a la gente de aquí no nos ha tocado nada. Diferente fue la final de la Copa de la Uefa, o las finales de la Copa del Rey. Esas sí se notaron. Pero esto de la Davis lo que tiene es mucha palabrería y pocos resultados. Mucha gente paseando y poco gasto". Al margen de la caja registradora, que las habrá vacías, medio llenas y a rebosar, es innegable el valor de tener el nombre de Sevilla dando vueltas por todo el mundo, como demuestra el vídeo.
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