Un culebrón menos. Al menos de momento. El alcalde Zoido se fue a San Petersburgo a defender lo que en campaña dijo que iba a tumbar. Más o menos. Situaciones en las que te pone la política, qué se le va a hacer. De entrada, no tiene sentido que si te declaran Patrimonio de la Humanidad por ser la Giralda una obra maestra de la arquitectura almohade y además por influir en la construcción de otras torres en España y América, por testimoniar la Catedral y el Real Alcázar una civilización desaparecida, la almohade, y por estar ambas relacionadas, igual que el Archivo de Indias, con un acontecimiento histórico como el Descubrimiento de América, vengan y te lo quiten porque construyan cerquita un edificio grande, como si su sombra escondiera todos los merecimientos anteriores. Hubo que ir a meter en razón a los señores de la Unesco, y se fue. Un tanto que se apunta el nuevo líder andaluz del partido ganador de las últimas elecciones, aún en la oposición. Pero eso es política, y aquí lo que interesa es que Sevilla no ingresa en la temida lista negra.
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