Sevilla pone los toros tras la pista del flamenco

El Ayuntamiento de Sevilla ha decidido en su sesión plenaria de hoy declarar la fiesta de los toros como Patrimonio Cultural Inmaterial de la ciudad. La moción, llevada a pleno por el Partido Popular, ha salido adelante con los votos de los veinte concejales que le otorgan el gobierno municipal y la indiferencia de la oposición. Según la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y de la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se debe elaborar un inventario de Patrimonio Cultural de los Estados. En este sentido, según el portavoz popular, Juan Bueno, “se ubica la identidad de las corridas de toros dentro de uno de los valores que deben conformar este inventario”.

Por más que duela el cliché, el visitante no viene a Sevilla tanto a conocer lo que tiene en común con otras ciudades sino a experimentar lo que le diferencia. Para bien o para mal, el toreo es uno de estos reclamos. Después de que la Junta de Andalucía promoviera que el flamenco fuera declarado Patrimonio de la Humanidad, el consistorio se ha puesto por la labor con la llamada Fiesta Nacional, que no atraviesa sus momentos más plácidos en según qué zonas de España.

No obstante, el consistorio alude más a la historia y a la raigambre que al (menguante, eso sí) negocio ganadero y del espectáculo en sí. Por ello, además de proponer que la fiesta del toro sea considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de Sevilla, el PP remitirá esta declaración a la Consejería de Cultura y al Consejo de Patrimonio Histórico para que sean inscritos en el Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial andaluz y nacional.

La iniciativa consistorial no es la primera dirigida a apoyar la cultura taurina en Sevilla, pues la Diputación de Sevilla puso en marcha con anterioridad el programa Territorio Toro, que 'paquetiza' (en expresión acuñada por el presidente de la institución provincial) cuanto rodea a la crianza de las ganaderías bravas.