Misa sólo para turistas en la Sagrada Familia de Barcelona, con invitación distribuida por los hoteles de la ciudad y oficiada en varios idiomas. Si lo lee Antonio Burgos, le da algo. En Sevilla, la Catedral ya recibe casi millón y medio de visitantes y el alcalde Zoido siempre se ha mostrado predispuesto a potenciar el valor turístico de los conventos de la ciudad. Puestos a vender lo que nos distingue, en esta muy mariana ciudad debe haber sitio para el turismo religioso. Cómo hacer que feligreses y visitantes no se estorben es otro asunto.
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