No visite esta ciudad

Foto: Diario de Sevilla (haga clic sobre la foto para ir a la galería)

La psicología inversa es terreno espinoso. El buen humor justificaba la antiguía turística de Jorge Molina que, si nos atuviéramos exclusivamente a su título, sería para que el sector al completo se pusiera en pie de guerra: 123 motivos para no viajar a Sevilla. Pero no juzguen un libro por su portada, consúltenlo aquí, está divertido. Hay quien cándidamente ha interpretado las razones esgrimidas como argumentos para conocer la ciudad, pero la psicología inversa tiene esas cosas, que a veces es bien interpretada y a veces no. No es lo peor que podrían escribir de Sevilla.

Después se pasa del humor (inteligente, eso sí) al estupor, y de ahí a la indignación (tan de moda) cuando aparecen en prensa reportajes como los firmados por César Rufino en El Correo de Andalucía (leer aquí) y Francisco Correal en Diario de Sevilla (leer aquí). El gobierno municipal, que ha hecho tan suyo el género de la fotodenuncia, sabrá entender estas descripciones turísticas a contraestilo como el estímulo para mejorar el destino. Ya lo dijo Gregorio Serrano en la Taberna del Alabardero —lo contamos aquí—, lo primero es hacer "que Sevilla sea una ciudad que funcione para que el turista se convierta en prescriptor y la recomiende. Ha de ser una ciudad limpia, ordenada, segura, donde se circule de manera razonable...".