Antología del escenario atípico

Después de que el Ayuntamiento de Sevilla mostrara su disposición a abrir el patrimonio histórico artístico de la ciudad al turismo de reuniones y de que haya ofrecido la Plaza de Toros de la Maestranza como sede de las semifinales de la Copa Davis de tenis, parece un buen momento para hacer recuento de los escenarios atípicos de la ciudad. La imaginación hay que celebrarla.

Sevilla ya ha albergado dos eliminatorias de la Copa Davis: la primera ronda de 2003, ante Bélgica en el centro de tecnificación deportiva Blas Infante, en Sevilla Este, y la final de 2004 ante Estados Unidos, en el Estadio de la Cartuja. Jamás se había recurrido a la Maestranza para estas lides, aunque sí para otros acontecimientos como cenas de gala (al menos una de carácter benéfico en el marco de Andalucía Sabor) o conciertos (el más destacado, el de inauguración de la pasada Bienal de Flamenco, con Miguel Poveda).

El desuso del Estadio de la Cartuja le ha obligado a demostrar mayor versatilidad, con exhibiciones de motor, grandes conciertos (U2, Madonna, Héroes del Silencio...) e incluso culto religioso con la procesión de la Macarena.

No expresamente recinto alguno, sino la propia calle es espacio recurrente de múltiples actividades.

Desfiles de moda en los aledaños de la Catedral, un road show de Formula 1 entre la Avenida de María Luisa y el Paseo de las Delicias y otras muchas manifestaciones se ha encontrado tanto el ciudadano y el visitante en los últimos años.

En este apartado destacan los festivales culturales como Circada, Huellas, Territorios y otros tantos han llevado el circo, la danza contemporánea o la música a los más emblemáticos espacios de la ciudad, en las plazas y avenidas.

En este propósito, la ciudad pinchó en hueso, ay, con la frustrada Carmen al aire libre. Aquel mayúsculo evento que iba a celebrarse en la Plaza de España permitiendo a viajeros de todo el mundo revivir las escenas de Merimée y Bizet en las calles de la Sevilla de nuestros días (de los de 2003). Hubiera estado bien, la originalidad es siempre bien recibida.