No pongas tus sucias manos sobre el turismo

Ayer nos desayunamos la noticia de la falsa amenaza de bomba levantada por un vigilante de seguridad del aeropuerto de San Pablo. El sujeto, que fue detenido por la Guardia Civil, dio el aviso de la presencia de un artefacto explosivo por un conflicto que mantenía con la empresa de seguridad en la que trabajaba. A finales de 2010, la huelga encubierta de los controladores aéreos puso en jaque el espacio aéreo español. A cada Semana Santa o Feria de Abril, algún colectivo con influencia en el turismo de Sevilla decide que es buen momento para ponerse en huelga.

Un aviso: esto no va de derechos de los trabajadores. No va de justicia o injustica social. No va de poderes fácticos. Esto va de construir industria juntos. Va de hacer valer tus derechos sin obligar a tu compañero a compartir la factura (a menos que él se ofrezca). Va de solidaridad con una economía decadente a la que le quedan pocos asideros. Uno de ellos es el turismo.

Durante años se ha clamado en esta ciudad por la necesidad de un pacto por el turismo que libre a esta industria de los vaivenes de la política, en nombre de su peso específico en la economía sevillana. Pero no es asunto exclusivo de políticos. La Junta de Andalucía ha hecho algún tímido esfuerzo de concienciación ciudadana (ahí está el vídeo del encabezado), pero parece necesaria más pedagogía.

Lo primero es ser un destino seguro, limpio, ordenado... Gregorio Serrano lo resumió en la Taberna del Alabardero apoyándose aún en la coletilla electoral: "hacer que Sevilla funcione". No pasa nada si a título individual ayudamos a ello y, a partir de ahí, basta con cumplir la ley hasta cuando hay motivos para manifestarse o para reivindicar. El argot futbolístico, aunque repetitivo, es más sabio de lo que parece y aquello de lavar los trapos sucios en el vestuario es buena regla. Al turista, una sonrisa.

Si entre todos hacemos por estorbar lo mínimo, los muchos reclamos de Sevilla harán el resto para que el viajero se vaya satisfecho y vuelva reflejado en aquellos a los que ha recomendado el destino. A veces la mejor campaña de promoción se hace de puertas adentro.