Carta del turismo a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos, sabemos que nuestra carta llega con mucha precipitación porque esta misma tarde ya estaréis por nuestras calles y, por la noche, visitaréis nuestros hogares para dejarnos regalos. Sí, hemos escrito demasiado tarde, pero a tiempo comparado con el retraso que llevan el nuevo auditorio de Fibes, el acuario del Muelle de las Delicias y otros proyectos con los que podríamos vender una ruta de las promesas incumplidas (o demoradas).

Nosotros, los que trabajamos el turismo de Sevilla, hemos sido buenos. El malo ha sido 2010, aunque el anterior fue peor (el que no se consuela es porque no quiere). Como nosotros hemos cumplido, y como no parece posible traerle carbón al pasado, os pedimos la gratificación que nos corresponde.

De entrada, como sabemos que no es factible que traigais a lomos de vuestros camellos un buen puñado de visitantes alemanes, franceses, británicos y estadounidenses, os pedimos nuevas conexiones aéreas. Ryanair no puede hacerlo todo. Extender la red Ave tampoco sería mal regalo, aunque sea con capital privado. En definitiva, ya que no podemos pedir turistas, por qué no que uséis vuestra magia para facilitarles aún más el acceso por aire, tierra y río.

Por otra parte, nos gustaría que nos trajérais un smartphone para ir comprobando cómo estos aparatos conseguirán que los visitantes mejoren su experiencia en nuestra ciudad, aunque para ello deberíamos empezar a crear contenidos y aplicaciones específicas. Eso dejadlo de nuestra cuenta.

Y como lo discreto es pedir no más de tres regalos, terminaremos pidiendo algo muy sencillo. Habrá que decidirse entre cerámica y azulejos para la Plaza de España y el Hotel Alfonso XIII (cosas del Regionalismo) o un décimo premiado de la lotería del Niño para contrarrestar las apreturas económicas de las instituciones turísticas sevillanas.

Esperamos no haber pedido demasiado. Y, sobre todo, esperamos no perder la ilusión.